Tuesday, April 25, 2006

Edgardo es río

Si todo fuera tan simple..no tendría que contarlo.
Las historias parecen laberintos , se van entrecruzando en canales y crean un sistema vitalicio que parece no ser posible. De dónde viene lo indomable de las personas, en qué parte del ser nace lo soñador y la fortaleza para conservar esos sueños, aunque la vida nos lleve por otros rumbos. La filosofía es tomar la vida como viene, pero que difícil es conservar ésta..Conocer donde comienzan los sueños es casi una utopía, quién nos dice que lo que vivimos no es una falsa realidad, o un real sueño.

Conocí a Ed por casualidad, una mirada a sus ojos oscuros y a su sonrisa callada , casi imperceptible.. dame cinco y encontraré la puerta a los laberintos de la mente, esos que nos llevan a los semejantes y nos hacen luz.
Si, yo sabía que Ed estaba ahí, metido en alguna lejana latitud, viviendo. Siendo parte de ese paisaje verde pardo que entra en otoño..lleno de agua, varado a la orilla, observando como se levanta a lo lejos las parvadas que buscan el nido antes de caer la noche, el sol se pone y vislumbra en la callada ribera como se mecen las aguas que tocan suavemente las orilla de la parte menos profunda del río. Hay un silencio roto por el meneo de la marea, pequeñas olas que llegan cercanas, casi acariciando las huellas que deja el peso de su cuerpo en ese terreno húmedo. Algo llama su atención , su compañera de siempre, compañeros en ese camino lleno de silencio y suspiros. Sintiéndose parte de esta tierra que emerge bañada por todos los brazos de agua que asemejan vientres maternos.
El agua nos mece cuando varados, crecemos en el vientre de la madre, y en ese mágico rompimiento, el espíritu busca su esencia y Ed es un río, vive unido en la extraña nostalgia que envuelve los pensamientos, cada uno diferente y concordando, haciendo un oleaje lleno de frescura , indescriptible, es parte de esa tierra que bañada en mil partes, hace arenales y se pierden en las negras y lejanas profundidades , es un río navegable pero lleno de remolinos que arrebatan hacia el fondo, lleno de misterios, de anécdotas que van formando su historia y su carácter... es como ese río que todas las tardes de otoño mira ponerse oscuro y frío.
Es un hombre que camina sumergido en el olor de viento que llega ...en esa calidez que levantan sus pasos cada que avanza detenido en su camino
- caminas siempre por la misma ladera? – le pregunto.
Pero no me oye, no sabe que a su lado, al mismo tiempo que su perra, voy yo mirándolo, sintiéndolo, la nana , así llamo yo a su perra, revoletea en el aroma de la tarde dichosa de compartir esos caminos con su amigo.
Ed se agacha y toma un puñado de piedritas y hace , en la cueva de su mano, ruido con ellas. No sonríe, se le nota que goza la tranquilidad del paseo y del panorama, pero su sonrisa no aparece y sus ojos están fríos, callados, metidos en ellos mismos, como husmeando dentro de sus cavernas, donde van sus ríos subterráneos escondiendo los más anhelados sueños, donde se tiene a si mismo y también donde se pierde.
- qué demonios llevas dentro?- le pregunto, aunque sé que no me responderá.
-
Algo le ha pegado en un costado de cuerpo y se quiebra momentáneamente, le duele, le molesta, se detiene un poco y toma aire.. Yo le veo, pero no puedo tocarle, observo su rostro pálido, sus ojos cerrados en una ranura como queriendo no darse cuenta, los labios en una mueca, se duele...la nana sigue revoloteando pero al mirarlo detenido y quebrado, se detiene y lo mira con esos ojos dulces llenos de amor, ladea la cabeza y gime como compartiendo el malestar
- ¿te duele?¿ qué te duele?- le pregunto...pero no me escucha y no me responde.
- Ya está pasando- dice , no sé si me lo dice a mi o a la Nana. Pero le veo el rostro y lo tiene húmedo, no sé si es sudor o alguna lágrima que se ha escapado.

Le conocí, por casualidad, un día que estaba navegando en estos mares llenos de personas que pasan sin detenerse, algo en él me atrajo, tal vez era la lejanía de su mirada, una mirada robada..me entrometí en su fila y como no queriendo la cosa pensé tirar un pañuelo, como en los viejos tiempos y a la antigua usanza, para de esta manera, darle la oportunidad de ser caballeroso y en un gesto de educación inclinarse a recogerlo y dármelo en la mano, mientras me dijera:
-Se le cayo el pañuelo, señorita
Pero como no llevaba un pañuelo y los tiempos son modernos, solo le miré , le sonreí y me entrometí en su vida.
El no alcanzo a mirarme, lo noté, pero cedió dos pasos y me permitió tomar su lugar en la fila, entonces le miré directamente en los ojos, no me vi reflejada en ellos, sin embargo, le di las gracias, pero él no me escucho.
Caminamos, medio juntos, en esa fila que avanzaba con muchísima lentitud. Él callado, demasiado sereno, sin sonreír y yo tratando de inventar cualquier pretexto para iniciar una charla con él .
-Regresemos- le escuche decir.
-Ya estás bien?- le pregunto. Pero sigue sin responderme.
Regresamos por la misma vereda, los dos callados, sumergidos en nuestros pensamientos, sintiendo como la noche va cayendo y se enrojece el cielo...el aire empieza a soplar frío, se cierra la chaqueta y levanta la cara para recibir de frente al viento helado.
- es vigorizante sentir este viento, es distinto a todos los vientos..este viento de otoño es como el anuncio de entrar a una etapa de resguardo. Deberíamos salir mas seguido Ed, caminar más temprano...mucho antes de que anochezca , podemos sentarnos a la orilla de embarcadero, oír como llegan las olas y en su ritmo arrullarnos, podemos ver como pasan las aves graznando buscando el camino hacia lugares mas calientes. Sentir como podemos ser aire y volar o ser ola, no sé...podemos ser lo que queramos, siempre que queramos, ¿ no te parece?
Pero como siempre , Ed va sumergido en sus pensamientos y no me escucha, pero la Nana parece entenderme , se pone a mi lado y me mira , le sonrío y ella mueve la cola en reconocimiento.

- Sabes, estoy cansado- no doy crédito a mis oídos, Ed me habla, me ha dicho que está cansado, lo miro , él lleva la vista hacia delante.- Quisiera ser..- se detiene en la frase, medita y luego dice:- no importa que quisiera ser.
- Qué tiene de malo ser lo que eres ahora?- le pregunto.- a veces la vida nos lleva y nos baja del barco de las aventuras, debemos dejar los ojos vestidos con un parche, para atender lo que hemos creado.
- NO me quejo, - Ed no habla conmigo, no me ve, habla con alguien más, alguien que solo él ve, algún fantasma porque solo a un fantasma no podría verlo yo, pero entonces, me doy cuenta que le está hablando a la Nana y la perra parece comprenderle, porque levanta una oreja , ahora camina muy tranquila al lado de su dueño, escuchándolo- , tengo más que muchos, tal vez, sea, que nunca fui al país del nunca jamás, pero siempre intenté hacer lo que quería y siempre lo logré, y ahora casi siempre lo logro, me ayuda mi carácter, mi tenacidad y el respeto hacia los demás, pero principalmente el respeto que me tengo a mi mismo, quiero y busco hasta lograr lo que quiero, pero, no sé , últimamente como que me he dado cuenta de que voy solo y que los demás, aunque quieren, jalan para otros puertos, tengo una familia, con la que he compartido de todo, desde noches frías oscuras, o llenas de luna, paseos por el río, pedazos de pizza, mates, juegos de baloncesto, las charlas y los noviazgos de mis hijas, tengo buenos amigos, escribo, tengo a Pat, me tengo a mi. Debe ser que en verdad estoy cansado, porque siento que soy feliz...

El río te llama, te murmura en sueños...en sus aguas sumerges tu cuerpo y vuelves a ser ese niño que ama el campismo, las fogatas, estar espiando a los animales en sus madrigueras, correr delante de todo mundo , ganándoles el paso siempre, levantarse antes que nadie , antes que sol asome su corola, sentir el amanecer en tu cara, el olor de campo en tu nariz, el ritmo seductor del agua que se mece sin saber nada del mundo, ni siquiera que es río. Y tú, parte de ese mundo solitario, misterioso, indómito, como tu propia persona.

Te conocí de casualidad una mañana antes del aclarar el día, estabas sentado en ese arenal donde pasaron la noche, como aventureros, desafiando al mundo, al río, a la naturaleza, esperabas que aclarara el día y mientras , como si fuera un ritual, tomabas en las manos puñados de arena y los dejabas deslizar entre tus dedos, sensación que se quedó guardada para siempre en tus recuerdos, porque eras libre, porque eras joven, porque la vida que tenías por delante te esperaba llena de sorpresas.

Cuando lo mire navegar, por primera vez, me sorprendí al ver su cuerpo, delgado, bien cuidado, de hombre maduro pero atractivo, seguro de si mismo y de lo que hace, estaba desatando las amarres de su bote, sonreía, con esa sonrisa a medio dibujo que lo caracteriza. Sé que navegar es parte de su espíritu y yo a un lado de él le decía:
- pero que te pasa, a dónde nos llevas ahora?
Pero como siempre , él no me escucha, habla con otra mujer, una mujer guapa que parece ser parte de la pintura de mis sueños, los miro reír y sé que se quieren, que se respetan y están juntos

La vida nos ponen en caminos insospechados, y como si no fuera suficiente nos esforzamos por construir otras veredas, atajos. Los paralelos y las latitudes suelen ser diferentes y aunque caminamos el mismo tiempo, Ed siempre va caminando delante, desafiante, cuando me entrometí en su fila, cuando le mire los ojos, cuando le miro sonreír y bromear con ese tan especial sentido del humor, cuando le escucho retirarse, cuando siento su cansancio, su asombro, su desaliento, cuando me regala parte de su vida en fotos, no puedo separarlo de esas riberas, de esas corrientes que lo llevan en su navegar, libre, sintiendo el viento, así es Ed es un río llevado por el viento.


Rocio Avitia
Febrero 2006

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