Thursday, February 17, 2005

noviembre 15

no sé si he contado que en el frente de mi casa desde hace 13 años planté un árbol , una lila ( hembra, gracias a Dios , porque da flores) un árbol que crece como si fuese una sombrilla...sus largas ramas se extienden a todo lo ancho del frente de mi casa, es un árbol muy alto, más alto que mi casa...asi que ya te imaginaras cuántas hojas tiene...y ya te darás una idea de como se pone el porche de mi casa cuando entra el otoño...inundado de hojas secas y amarillas, cuando llueve, como hoy, se quedan pegadas al piso de la cochera, en la banqueta y claro, como en todo lo que se ha marcado como linea política en esta casa, la que las barre, es tu segura servidora, o sea yo...compro bolsas de plástico especiales, para el menester de recogerlas y botarlas a la basura...bueno a lo que voy..es que como yo quedó muy lejos de los bosques, aprovecho la acción de pelearme con la escoba y con el piso..para oler...oler y recordar..pasear un buen rato sobre los montones de hojas..que lanzan al aire esos recuerdos que me llegan a traves del olfato, me veo levantada, mirando a traves de la ventana, los caminos estan húmedos y levantan un vapor que camina al cielo..no hay ramas en los caminos, los árboles están invernando, alrededor de la plaza del pueblo,puede ver al aire las humaderas de las estufas que calientan los hogares, el olor de leña quemada se combina con el olor de pan recien salido del horno y se mezcla con el de tierra mojada...no hay viento pero el frío se siente en los cristales que sudan y se empañan...Tengo cinco años, y estoy de visita con mis abuelas maternas..mi bisabuela Tencha y mi tatarabuela Maria, dos abuelas por demás diferentes, de caras distintas, Tencha tiene las manos cálidas , de dedos largos y muy blancas que hacen pan todos los días, ella es como esa masa dulce, moldeable, callada, pero con aspecto y un sabor dulce y recomfortable, camina ligero y solo el calorcito que emana, la anuncia, es una especie de ángel, su sonrisa es ligera pero me inundo como nada, ella es sinónimo de paz. En cambio mi abuela MAria, es dura, oscura, no conoci sus manos, solo escuchaba su voz venciendo la debilidad de sus cuerdas vocales, la veo pequeña, vestida de negro, encorvada...dando órdenes, ella es la suegra de mi abuelta Tencha y las dos son mis abuelas maternas, aun falta mi abuela Lilia, que me ha prohibido le llame abuela, abuelita, tita o como se ocurra, asi que solo le digo Lilia, que es la madre de mi madre y no puedo ni quiero olvidar a mi tia abuela Eloisa, mujer más sola, más temerosa, de un pensamiento sometido a su hermana Lilia. En esta familia tan particular, cinco mujeres inundan parte de mi pasado y son ellas, no recuerdo hombre alguno, a excepción de don jossé que es el mil uso en esa casa, desde caporal, hasta peón, en esta familia crecí yo, dividida entre sentimientos extraños y confusos, mi familia materna esta llena de rencores , de pasados no solucionados, de riquezas pérdidas, de soledades femeninas, donde el amor se ha ído por el caño de la acequía. Aún vive mi abuela LIlia que hace 16 años se declaró enferma y desde entonces permanece en una cama, viviendo a medias, llorando porque no amanecera viva y a su lado Eloisa a la que le llamo Locha, su mote lleno de cariño, ella está más enferma que Lilia sin embargo y a pesar de todos sus dolores se mantiene en pie como fiel servidora de su hermana mayor, que la trata como si fuera la cenicienta del su propio castillo y que le ha sido arrebatado por decadas pos la madrastra Lilia, mi tia locha, siempre plumero en mano, contando mil veces la misma historia, sin tener otro recuerdo que los que ha vivido al lado de su hermana, nada de amores,nada de esperanzas de hijos y como si es la lacaya de mi abuela, y ella parecida a mi abuela Tencha, se dejo llevar y se perdió en los deberes y en los gustos de la hermana. Y mi madre en la otra habitación dormida, unida inexplicablemente a estas dos mujeres, quejándose por todo y no pudiendo alejarse, una especie de masoquismo, mi madre es divorciada y es algo que aún no supera, a pesar que sus ocho hijos siempre son sus ocho hijos, sin temor a dejarla, ni olvidarla. Sintiendo que divorciarse era lo único que quedaba de un matrimonio de 27 años donde abundaban los silencios, las quejas, el alcohol y los hijos, que al final de cuenta es lo que le da valor..8 hijos que no consiguen conciliar a dos padres separados y que buscan su felicidad de diferente manera...
Y yo que aun no crezco y no sé lo que me depara el mundo y la vida, solo anhelo que me permitan salir muy abrigada a caminar, las veredas húmedas del pueblo, oyendo a las golondrinas que están de paso a un clima mejor, pararme a la orilla del rio para escuchar su canto melancólico, tan lleno de nostalgia como yo, creo que a mis cinco años son una niña vieja, anhelando cosas de viejos...vengo de una familia de cinco mujeres muy especiales, llenas de recuerdos que no han podido superar, oyendo como lloran, negándose su interior, construyendo murallas para que no las penetre el amor, ellas son parte de mi pasado y vienen conmigo en mi presente y no les temo, y no me da miedo recordarlas mientras recojo las hojas secas y húmedas que han caído por la noche en la acera de mi casa...hace frío y me encanta detenerme para suspirar el frío, para que se me coloren las mejillas..no me veo pero se que mis ojos brillan.