Thursday, February 17, 2005

vamos todos

¡¡¡Vamos todos!!!
Por dios comienzan las vacaciones de semana santa y a mi padre se le ha ocurrido formar una caravana de muchísima gente, todas las microfamilias que conformar la enorme familia de que somos parte todos los que nos generamos de un mismo tronco paterno-maternal, están incluidos, pero así mismo han incluído a amigos, novias, y todos los que así deseen ir a ¡¡¡¡¡ ACAMPAR!!!!!
Iremos a la sierra a conocer la Cascada de Basaseachic, la quinta más alta de toda Latinoamérica...
¡ yo no quiero ir ¡ ¡ sufro de acrofobia ¡ Pero a nadie le importa mis males, me montan en una camioneta de doble redilas y como vacas, todos amontonados , llenos de botes, cervezas, comida, cobija, y todo lo que se recomienda llevar, y hasta lo que no se recomienda, todo eso y más, llevábamos.
Salimos a las cinco de la mañana y supuestamente para mediodía estaremos entrando en la sierra madre occidental, los caminos de terracería son veredas, así que los automóviles avanzan lento, pero eso nos permite apreciar el bello panorama, lo bueno de todo esto es que a mi lado va sentado el niño que me gusta. Eso hace más bello este viaje, tal vez, solo tal vez ahora si me declare su amor , y eso solo si su ardilla cleo deja de llamar su atención.
A quién se le ocurre llevar una ardilla, a un bosque, donde seguro encontrará cientos de ellas.
Somos muchos lo que vamos en la caravana, y tarde o temprano, esas decenas de estómagos empezarán a crujir por algún tipo de alimento, además no falta quien quiera orinar o defecar, así que el camino va para largo, además el guía se perdió y nos llevo cuesta arriba por un cerro que no tenía continuación así que cada uno de los autos ha tenido que bajar de reversa, con el peligro de caer desbarrancado...¡ay, este guía! y todo porque el calor le dio sed y se ha tomado media docena de cervezas, con el respectivo impedimento que le ha negado el lógico razonamiento de que ese era un camino sin continuación. Además a quien se le ocurre marcar una camino que no lleva a ningún lado, ¡¿ a quién?!
La bajada a reversa nos ha tomado como tres horas y media, para las cuatro de la tarde, ya hace muchísima hambre y todavía no llegamos al parámetro establecido, así que por consenso hemos decido, y esto de “hemos” es una falacia , porque los adultos son los que ha decidido, acampar a la orilla de cualquier arroyo y pasar la noche ahí mismo. Nos preparamos a descargar tantísimas cosas que llevamos, no entiendo para que tanto, los hombres mayores se han puesto a cocinar papas con huevos, y mientras la mujeres preparan el campamento, yo pienso que debió ser al revés, porque las papas han quedado crudas y duras, y el campamento mal situado muy cerca del arroyo, aprovechando el arenal...mejor no puedo haber estado, pero eso pronto estaba por verse, que fue una mala decisión.
Los otros, que éramos muchos fingimos que la cosas estaba de maravilla, pero hacía un frío que calaba hasta los huesos, los muchachos de más edad, cruzaron las congeladas agua del arroyo y comenzaron a escalar un cerro, que además de imponente tenia su cara plana, así que uno de muchachos se quedó atrapado a media subida y les tomó más de dos horas bajarlo, y eso porque ya había oscurecido, y no sabían como hacerle, pero si lo dejaban a medio cerro podría morir congelado y a la mejor se caía y se quebraba la cabeza, yo veía en los ojos de todos mis tíos muchas ganas de dejarlo colgado ahí, pero después como comprobarían que su muerte había sido solo un accidente y no algo planeado con alevosía y ventaja.
Ya bastante oscuro, ni ellos mismos se veían, pudieron bajarlo del cerro, agotados del esfuerzo de pensar la manera, han caído rendidos en el primer saco de dormir que encontraron.
La fogata revisada constantemente dejó de funcionar cuando el arroyo silenciosamente fue invadiendo el campamento, muy lentamente, afortunadamente lo hizo lentamente que si no, tal vez yo no estaría contándoles esta historia, así que de pronto todo flotaba y lo que no flotaba se deshacía, y muchas de las cosas fueron arrastradas por la corriente y una de ésas , fue la ardilla Cleo que murió ahogada, que Dios la tenga en su santa gloria.
De pronto todos estábamos empapados, cansados, fríos casi
en la hipotermia, malhumorados, todos callados no atinábamos a que hacer, corrimos cuesta arriba y a buscar que ponernos, pero habíamos bajado todo ,desobedeciendo las órdenes de las mujeres.
Como pudieron prendieron una fogata pero no nos daba abasto para tantos que éramos, y los que alcanzamos su calor no atinábamos que calentar, si poníamos la espalda , se nos enfriaba el pecho, si poníamos el pecho, santo escalofríos nos recorrían todo el cuerpo, recordé ese cuento escrito por...¡ ¿por quién?! ( para variar se me escapa el nombre, pero es americano, y escribió otros libros que para variar también se me van de la memoria y conste que los he leído todos porque así me lo exigieron en la facultad ) Dios quien escribió ese cuento que se llama encendiendo un fuego. <
Después de ese enfriamiento cerebral he quedado así, desmemoriada ,medio pérdida en los casi no recuerdos.
Bueno recordé ese cuento y empecé a buscar un perro , para matarlo y con su piel hacerme un abrigo, claro que solo escuchaba a los muy lejos a un coyote..no creo que haya sido lobo, pero más valía que no se acercara porque igual me serviría como el perro.
Recordando que el calor corporal es mejor que cualquier cosa, los adultos nos han obligado a abrazarnos unos con otros y ahí fue...¡si ahí fue ¡ donde me dieron mi primer abrazo de amor, el niño que me gustaba me estaba abrazando e igual yo lo abrazaba, él temblaba mucho, en aquel entonces pensé que de emoción, ahora se que era de frío., pero igual lo disfrute.
Los rayos de solo tardaron mucho en subir...y nosotros casi muertos empezamos a desentumedecernos....que dolor causa que las articulaciones empiecen a sentir como corren de nuevo los líquidos corporales
que feo es tener frío, estar mojado, no tener ropa seca...no tener que comer y aparte no lograr el objetivo de llegar a mirar la quinta cascada más alta de Latinoamérica. Tuvimos que pasar un día más ahí esperando que la ropa se secará y recorriendo toda la orilla del arroyo tratando de recuperar algunos de las cosas, afortunadamente si se recuperaron muchas cosas , hasta la ardilla ahogada de Titi, el niño que me gustaba.
Vamos continuemos nuestra marcha...!!!
Toda la caravana se ha puesto en marcha, por fin el último tramo de camino y llegaremos a la cascada, la quinta más alta.
Llevamos toda la mañana en el camino, un indio tarahumara nos dijo que la cascada estaba ahí nomás, ahí nomás tras lomita, pero el desgraciado no nos dijo detrás de cual lomita, así en esta cruda realidad que es ir a un lugar sin planos carreteros, hemos conocido toda la sierra menos la cascada.
No quiero contarles lo que nos costó salir de la sierra, perdidos todo el tiempo, pasando del coraje, hasta la insatisfacción, hemos tenido una aventura que nos dejó un agradable recuerdo, éramos mas de cien en esa caravana y pudimos regresar todos.
¡Alabado sea el señor que nos lo permitió así!!!


Semana Santa en vacaciones
Rocio avitia garcia
13 de abril de 2003
chihuahua, chih., méxico