Thursday, February 17, 2005

hurtos

cuando mi hermana y yo èramos pequeñas, viviamos en la casa de asistencia de mi abuela Lilia..era enorme esa casa. Con recámaras que salían a un patio grandísimo , con enormes solares. Casa antigua, como todas en las que hemos vivido, De suelos de madera con olor a petroleo...y techos de vigas cubiertos por cielos de manta blanca. Paredes altisimas, y hecha de adobe, material de tierra que guarda el calor o el fresco.
Ahi vivìamos junto a otra de mis hermanas que era más pequeña y junto a mis padres.
Los más extraños huéspedes habitaban esa casa, había un español que siempre cargaba en una bota un vino delicioso que nos daba a probar de una manera espectacular, al menos asi me lo parecía a mi, porque ponia la boquilla como a 25 cms de distancia y desde ahi vaciaba el vino a su boca, ¡ ah cómo me encantaba verlo embriagarse de esa manera! una manera muy propia de un español
Habia estudiantes, en una ocasión hasta un mapache llegó a hospedarse en el patio de la casa.
MI hermana y yo no nos llevábamos muy bien, ta vez porque solo nos separaban pocos mesesy además ella era rubia `platinada y yo morena...simpáticas las dos niñas, bonitas si nos ponian a comparar con la otra pequeña, que cuando llegò con mi madre de la maternidad, pensé que no vería nunca a otra niña tan espantosa como esa pequeña criatura, que tenia la piel entre morada , roja y azul, una bola por cabeza y por ojos, unas ranuras que apenas se distinguían entre los cachetes, afortunadamente con el tiempo mi hermana menor mejoró de apariencia, a dios gracias, porque si no
¡ la vida que le hubiera esperado!
Bueno mi hermana Miriam y yo, no nos llevábamos muy bien al menos no, hasta que un día , vimos cruzar por el portón de la calle a un hombre alto, muy delgado, con una cara demasiado grande para su cabeza, de facciones angulosas muy sobresalientes..portaba un traje color aqua como cuadros entre amarillos y verdesy en la mano llevaba una enorme maleta de metal..esa maleta fue el causante de que mi hermana y yo dejáramos de llevarnos mal.
El hombre entró hasta el comedor, y mientras pedia una habitación, le explicaba a mi abuela de que él era un agente de ventas de una compañia chocolatera, y que habia llegado a la ciudad para promocionar el producto.
- he aqui en esta maleta que cargo todas las muestras de los chocolates.
diciendo esto puso la maleta en la mesa y la abrió por completo.
Por dios, nosotras que nos asomábamos a la maleta, vimos aparecer ante nuestros asombrados y rapaces ojos, todos esos chocolates que lucían como barras de oro a nuestro tan avaricioso sentido de tenerlos todos, solo para nosotras. Nos miramos y pudimos descubrir en los ojos de ambas,el deseo de que esos chocolates estuvieran en nuestras bocas, ¡ costará lo que costará.!
MI abuela solo tenia una pequeña habitación al fondo de la casa, cerca de los baños, creo que antes de ser recámara era como un desván, solo cabia un catre una pequeña mesita, pues ahi metieron al pobre hombre que se veia grandísimo en esa habitación.
Todos los días, salia muy de mañana cargando esa enorme maleta, y nosotras lo cuidábamos hasta que terminaba de cerrar la puerta de la calle. Y dando las tres de la tarde, por arte de magia, el hombre volvia a entrar por la puerta y se encaminaba a su habitación, y nosotras lo vigilábamos, hasta que se encerrraba en su cuarto para quitarse el único traje que tenía, ese traje color agua con cuadros amarillos y verdes.
todos los días la misma rutina, pero nosotras no nos desesperábamos, sabíamos que alguna vez, esa maleta tendría que quedarse en la habitación y entonces....¡ atacaríamos !
Empezaron a pasar los días, las semanas, los meses y mi hermana y yo como aves de rapiña, atentas sin perder la paciencia.
Hasta que un domingo, el hombre abandonó la casa sin la maleta.
Miriam y yo no cabiamos del gusto, pero aún asi , nos tomamos el tiempo pertinente para allanar la habitación en busca de la tan anhelada maleta. Esperamos como una media hora y entonces nos metimos muy despacito en el cuarto. La maleta no se veía por ningún lado, el hombre la había escondido debajo de la cama, la sacamos, pesaba una barbaridad, y arrastrándola, porque no la pudimos subir a la cama , dimos con ella hasta el patio... de pronto son sentábamos arriba de ella para que nadie sospechará
que habíamos hurtado una enorme maleta. nos tomó llegar a nuestro habitación como 45 minutos, cansadas , asustadas y excitadas no podìamos da crédito a lo que habíamos hecho
teníamos para nosotras miles de chocolates envueltos en esos papeles brillosos.
Ya en la habitacion atrancamos la puerta para que nadie entrara, y nos dispusimos para abrir ese veliz, y si, frente a nuestros ojos todos esos chocolates esperando ser degustados por esas pequeñas niñas que nunca perdfieron la fe, en lograr el hurto más enorme de su corta vida.
asi que nos acomodamos y nos dispusimos a comer
pero..
¡¡¡¡ oh crueldad del destino!!!
pérdida de tiempo y todas las esperanzas rotas de un solo tajo.
¡ NO eran chocolates ! solo eran palitos de madera envueltos en papeles de colores..por qué nadie nos explicó que no podia ser chocolates originales..que solo eran las muestras.
NO cabiamos de la desilución..y ahora ¿ como devolver la maleta ?
que la devuelvan otros...nosotras estabamos muy cansadas.




RECORDANDO HURTOS
ROCIO AVITIA GARCI
CHIHUAHUA, CHIHUAHUA MEXICO
FEBRERO 11 DE 2003