Thursday, February 17, 2005

hoy, despues de tres meses

Hoy ,después de tres meses de estar guardada en mi casa, dizque porque estoy enferma y pierdo la conciencia sin desmayarme, dicen que tengo un extraño síndrome en el cerebro que me hace perder la personalidad , que esta mujer que soy es suplantada por otra que es o más atrevida o más pasiva , aún no descubren porque, pero la verdad es que yo no me siento enferma ni preocupada, pero mi familia enloquecida y temerosa de que se descubra mis negras intenciones, me han encerrado en mi casa y me han rodeado de libros, me siento como aquel famoso caballero que pasaba sus días leyendo libros de caballería que tanto que le gustaba y que de tanto leerlos , terminó creyéndose un caballero más. A ver si a mi no me pasa igual , que de pronto me sienta la enferma y delicada Maria de Jorge Issacs, o la ruda , fea y noble en el fondo Melissa de Taylor Caldwell, o quien me asegura que no aparezca como Julieta, o como la Dama de las Camelias...de tantos libros que leo puedo hasta puedo creerme, aquella chica que con un marido en la guerra civil española, le cayó del cielo, pero caminando por la vereda, un hombre joven, guapo, con potentes brazos e intensas ganas de trabajar en un viñedo y pujante en el amor.
Es cierto, me hacía falta del viñedo y al marido en la guerra me lo invento, pero al hombre joven, de donde puedo sacar, si aquí en mi calle, metida en esta casa, dizque enferma, solo alcanzo a saludar al muchacho que trae el periódico y el dia aún está oscuro y no alcanzo a distinguirle la cara. Él ha de pensar que soy alguna loca desquiciada que tienen que mantener encerrada, por que no encuentran la manera de someter mis bajos instintos.
A escondidas una de mis vecinas me trajo su tan amada colección de novelas rosa de Barbara Cartland. ¡ Dios, ¡ que hombres aparecen en esas novelas! deben ser ocasionados por la mente desvariada de alguna mujer que piensa que este hecho se puede dar, eso si que es imposible...todo las maravillas en un solo paquete se me hace casi imposible, un hecho insospechado..es más me parece algo de otro mundo, pero en fin, que las he leído todas, y le he aprendido uno o dos truquitos a la señoritas mojigatas y hermosas que protagonizan esas historias.
Inspirada por ellas, he buscado en mi guardarropa alguna prenda que pueda arreglar y he encontrado muchas, así que durante tres meses me puse de costurera y he hecho lo más increíbles vestidos y ahora tengo que venderlos. Por eso es que he convencido a mi hermana, la que funge de ángel guardián, de que salgamos a la calle y como si eso no fuera suficiente, me ha dejado manejar..
¡¡¡Ah...manejar!!! Adoro manejar.
Manejar es como la vida, te montas en un vehículo que conduces por donde tú decides, eres el que tiene el control, sabes si frenas o avanzas, eso hasta que te encuentras con los trabajos callejeros de reparación que te obligan tomar una desviación, algo con lo que no contabas, porque el camino que decidiste es el más corto , el más seguro y el más conocido, y entonces, lo externo te obliga a desviarte por alguna calle que nunca has cruzado, que sabes que te conducirá pero desconoces que tanto te tome llegar al destino que te habías marcado, y además...quien sabe que oscuros misterios escondan esa calles nunca antes transitadas.
¡ adoro manejar! porque me gusta ir en la calle pensando que soy libre de llevar mi destino, hasta que me veo envuelta en algún accidente que no tenía previsto, es donde me doy cuenta que manejar es como vivir. Uno propone y los demás disponen.
Pero gracias a mi buena labia, he convencido a mi hermana de que vayamos a ofrecer los vestidos que he creado en estos meses de encierro, y ella tan bella como es, me ha dejado conducir.
Me sentía dichosa manejando, así que llevo enorme sonrisa en mi cara. De mi, lo mejor es la sonrisa, no es por engañarme , es porque el espejo no me deja mentir, así que me encanta sonreírle a medio mundo , al otro medio no le sonrió porque no lo veo, que si no, mira que no sé que pasaría.
Y ahí voy con el destino en mis manos y la velocidad en mis piernas, en un crucero, le he sonreído a un hombre, que me miró de tal manera ..le he de haber causado asombro o intriga, ha de haber pensado :
- ¿ y ésta porque me sonríe? ¿me conoce? ¿ me coquetea?..
Se mira en el espejo y medio se acomoda el pelo..se huele las axilas...parece que se siente satisfecho con el mismo, y entonces cuando cambia el semáforo alcanzo a distinguir que correspondió a mi sonrisa.
Me siento tan viva conduciendo, pareciera que en realidad si tengo al destino en mis manos, pero bueno el auto es viejo y el tráfico es lento, así que tardo en conocer mi destino.
En otro de los cruceros la señora que maneja la camioneta ha obligado a sus hijos a que me dejen de saludar, ha de haber pensado que solo una loca se pone a perder el tiempo haciendoles caras y gestos a unos niños desconocidos, eso si es perder el tiempo.
De todos, lo que más me encanta son los niños , ya no son los inocentes que nosotros simulábamos ser, ahora los niños son expresivos, francos hasta casi la vergüenza, ellos son capaces de tomar el tema que los adultos hablen, les gusta participar y ser escuchados y apoyados además, ya dejaron de ser esos seres que siempre pensamos que por ser pequeños no pensaban
Aquellos seres pequeños que con una sola mirada eran sometidos y subyugados
Estos niños de hoy son capaces de opinar con certeza o equivocadamente, como tantos de los adultos que conozco, entre ellos el médico que me trata y me ha dicho que enloquezco, que las personalidades se harán múltiples en mi, y que poco a poco perderé la conciencia de lo que soy y de quien soy.
No conozco a nadie que sabe más de si misma que yo, bueno después de mi mamá.
Así que, ese doctor graduado en psiquiatría , seguro está equivocado. Porque enferma yo no me siento, aunque dicen que la locura no duele. Pero la otra noche Cleopatra vino y se sentó en mi cama, le miro y la miré, pensé : ah caray que fea es.
Ella me miro y me miro y me dijo: no te hagas ilusiones, tú no fuiste yo en la otra vida, tú no has sido nada en las otras vidas. Es más es por eso que nosotras te reclamamos..queremos tu cuerpo..y echamos fuera tu alma.
- ¡ por Dios! , ¿ mi alma? – le respondí yo- A mi alma no la saca ni la reina de Inglaterra, ni la tan especial Isabel la católica, y mira que yo le regalaría mi cuerpo a tan inteligente dama, la conozco más que a mi, por eso sé que nunca regresaría . A ti y las demás no les regalo ni una uña ¡¡¡¡óyelo bien ..ni una uña ¡!! Ni una siquiera ..nada entienden..
mi hermana ha tenido que despertarme de tan horrible sueño, pero cuando se lo quise contar me ha mandado callar:-
-ya es tarde, duérmete ...mañana me cuentas...
Pero seguro que mañana no recordaré nada, como siempre pasa, entre sueños y realidades, se me ruedan las lágrimas mientras recuerdo, esperando que cambie el color de semáforo. Los niños sacan sus lenguas y me las enseñan majaderamente...
Los miro y pienso que nadie es nadie...en este camino, yo voy encima de un vehículo que no es mío y solo porque mi hermana decidió confiar en mi, me empiezo a sentir pequeñita, intranquila, ansiosa, desesperada, Esto es lo que dice mi médico que padezco, esta extraña enfermedad, miedo a la calle, no es que mi familia me haya encerrado , es que yo soy la que no salgo.
- oye hermana..manejas por mi..me ha dado miedo de pronto..me llevas a la casa- le pido suplicándole con los ojos.
- - si cariño, regresemos- no es mi hermana la que habla, es el hombre del crucero-.
No sé que pasa y porque ese hombre esta en mi auto, mucho menos se porque me llama cariño..El me toma cariñosamente de la mano y me susurra
- cariño no te asustes, pronto estarás bien...no pierdas la fe ..pronto sanarás y yo estaré contigo para cuidarte.
Pero yo lo veo y lo oigo y no lo reconozco, me veo en el espejo retrovisor y quien es esa mujer que me mira desde ahí, no la recuerdo. A lo lejos oigo el aullar de las ambulancias y sé que vienen por mi, no sé porque razón, yo no me siento enferma. Estoy tan bien, y eso que tengo más de dos mil años, y todos mis súbditos han dejado de vivir, que hago en esta desconocida región, quiero regresar a las planicies de mi desierto, ver las pirámides que se yerguen altivas... Regresenme a mi tiempo,
-¡ yo soy Cleopatra ¡ ¿ por qué no se dan cuenta?




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